Guía del CDC sobre uso de opioides para tratar el dolor

Los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de EE.UU. han elaborado la guía de práctica clínica para recetar opioides para el dolor - 2022, que actualiza la guía anterior de opioides para el dolor crónico de 2016.

Las recomendaciones, basadas en revisiones sistemáticas de la evidencia científica, están destinadas a mejorar la comunicación entre médicos y pacientes sobre los beneficios y riesgos de los tratamientos para el dolor, incluida la terapia con opioides. El enfoque es mejorar la eficacia y seguridad del tratamiento del dolor y la funcionalidad y la calidad de vida de los pacientes y reducir los riesgos asociados con la terapia del dolor con opioides.

Se incluye el tratamiento del dolor agudo (duración de <1 mes), subagudo (duración de 1 a 3 meses), y crónico (duración de >3 meses), excluyendo el dolor relacionado con la enfermedad de células falciformes o con el cáncer, los pacientes terminales o con cuidados paliativos. Las 12 recomendaciones clave están ordenadas en cuatro áreas:

Determinar si iniciar, o no, el uso de opioides para el dolor.

  1. Maximizar el uso de terapias no farmacológicas y medicamentos no opioides en el dolor agudo y considerar los opioides sólo si los beneficios esperados superan los riesgos (categoría de recomendación: B; tipo de evidencia: 3).
  2. En dolor subagudo y crónico son preferibles los tratamientos no opioides y el uso de opioides sólo debe considerarse cuando los beneficios sobre el dolor y la funcionalidad superen los riesgos (categoría de recomendación: A; tipo de evidencia: 2).

Seleccionar los opioides y establecer la dosis.

  1. Al iniciar la terapia son preferibles los opiodes de liberación inmediata en lugar de los de liberación y acción prolongada (categoría de recomendación: A; tipo de evidencia: 4).
  2. En pacientes que nunca han recibido opioides con anterioridad, se debe prescribir la dosis mínima eficaz, considerando los aumentos de dosis en función del beneficio/riesgo (categoría de recomendación: A; tipo de evidencia: 3).
  3. Para pacientes que ya reciben terapia con opioides, se deben sopesar cuidadosamente los beneficios y los riesgos y tener precaución al modificar la dosis. En caso de que los beneficios  no superen los riesgos puede plantearse reducir gradualmente la dosis o suspender el tratamiento. A menos que haya indicios de un problema potencialmente mortal, como señales de sobredosis inminente (p. ej., confusión, sedación o dificultad para hablar), la terapia con opioides no debe reducirse o suspenderse abruptamente (recomendación categoría: B; tipo de evidencia: 4).

Decidir la duración de la prescripción inicial y realizar un seguimiento.

  1. Para tratar el dolor agudo, no se debe prescribir una cantidad de opioides mayor a la necesaria (categoría de recomendación: A; tipo de evidencia: 4).
  2. Se deben evaluar los beneficios y riesgos a las 1-4 semanas del inicio de la terapia, o después de un aumento de dosis; y luego reevaluar regularmente el tratamiento en colaboración con el paciente (categoría de recomendación: A; tipo de evidencia: 4).

Evaluar el riesgo y abordar daños potenciales del uso de opioides.

  1. Antes de comenzar la terapia y durante todo el tratamiento, se deben evaluar periódicamente los riesgos de acuerdo con el paciente, incorporando una estrategia para mitigar el riesgo, incluyendo ofrecer naloxona (categoría de recomendación: A; tipo de evidencia: 4).
  2. Consultar el historial del paciente para determinar si está recibiendo dosis o combinaciones de opioides que suponen un alto riesgo de sobredosis (categoría de recomendación: B; tipo de evidencia: 4).
  3. Valorar la realización de pruebas toxicológicas, especialmente si se sospecha que el paciente puede consumir otros estupefacientes o drogas de abuso sin receta (categoría de recomendación: B; tipo de evidencia: 4).
  4. Tener especial precaución al prescribir de forma concomitante opioides con benzodiazepinas, o con otros depresores del sistema nervioso central (categoría de recomendación: B; tipo de evidencia: 3).
  5. Ofrecer tratamiento a los pacientes con trastornos por consumo de opioides, que debe realizarse con terapia farmacológica, ya que la desintoxicación por sí sola, podría aumentar el riesgo de reanudar el consumo de drogas, de sobredosis y de muerte por sobredosis (categoría de recomendación: A; tipo de evidencia: 1).

En relación con el tratamiento del dolor, se puede consultar el BTA de 2015 sobre dolor crónico no oncológico: tratamiento farmacológico, así como el INFAC de 2022 sobre dolor crónico no-oncológico: ¿opioides?




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Última modificación:10-11-2022
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