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Diagnóstico y tratamiento del síndrome antifosfolípido

La revista Australian Prescriber ha publicado una revisión del tratamiento del síndrome antifosfolípido, que incluye las pruebas diagnósticas, manifestaciones clínicas y tratamiento, así como la actualización de los criterios de clasificación del síndrome.

Diagnóstico
El diagnóstico comienza con la identificación de manifestaciones trombóticas, obstétricas o enfermedad valvular cardíaca y se confirma mediante la detección de anticuerpos antifosfolípidos (anticardiolipina, anti-beta-2 glicoproteína I y el anticoagulante lúpico), que solo debe realizarse en pacientes con alta sospecha clínica de síndrome antifosfolípido o con lupus eritematoso sistémico. El riesgo de desarrollar manifestaciones trombóticas y obstétricas se incrementa con un mayor número de anticuerpos positivos.
El documento incluye consideraciones prácticas en la interpretación de las pruebas, como falsos positivos o negativos por interacciones con medicamentos.
Además, contiene una tabla resumen con los criterios de clasificación del síndrome antifosfolípido actualizados en 2023 por el Colegio Americano de Reumatología y la Alianza Europea de Asociaciones de Reumatología (EULAR).

Tratamiento

Pacientes con manifestaciones trombóticas

    • Tratamiento del episodio trombótico:
      Anticoagulantes a dosis terapéuticas, por ejemplo, heparina de bajo peso molecular (HBPM) subcutánea o heparina no fraccionada intravenosa.
    • Profilaxis secundaria:
      • Warfarina desde el primer episodio trombótico con INR objetivo de 2 a 3.
      • Los anticoagulantes orales de acción directa (ACOD), pueden considerarse si no se alcanza el INR objetivo, éste no pudiera monitorizarse o si existiera contraindicación a warfarina.
      • Considerar añadir un antiagregante plaquetario (ácido acetil salicílico (AAS) a dosis bajas o dipiridamol) en caso de episodios trombóticos recurrentes en tratamiento con warfarina.

Pacientes embarazadas con síndrome antifosfolípido

Los embarazos en mujeres con síndrome antifosfolípido de alto riesgo y deben derivarse a obstetricia. Se recomienda iniciar un tratamiento con HBPM y AAS a dosis bajas durante el embarazo y mantenerlo hasta 6-12 semanas en el período posparto, con las siguientes pautas:

    • Dosis profilácticas: Indicadas en pacientes con manifestaciones obstétricas, pero sin antecedentes de trombosis. Si las complicaciones obstétricas persisten a pesar del tratamiento, se puede considerar aumentar la dosis de heparina a una dosis terapéutica o añadir hidroxicloroquina.
    • Dosis terapéuticas: Recomendadas en pacientes con antecedentes de trombosis, aunque no presenten manifestaciones obstétricas previas.

Es importante limitar el uso de HBPM a un máximo de 12 semanas en el posparto debido al riesgo de osteoporosis, además de asegurar una ingesta adecuada de calcio y vitamina D.

Pacientes asintomáticos con anticuerpos antifosfolípidos

Debe evaluarse el riesgo de desarrollar futuras manifestaciones clínicas, mediante el perfil de anticuerpos antifosfolípidos y otros factores de riesgo para valorar el inicio de tromboprofilaxis.








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Última modificación:17-01-2025
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