El estudio considera que la sobreestimación del riesgo cardiovascular podría tener importantes implicaciones para los pacientes y los sistemas de salud, al aumentar sustancialmente la población candidata a tratamiento con estatinas. Puede favorecer su uso inadecuado exponiendo innecesariamente a algunos pacientes (especialmente a los de menor riesgo cardiovascular) a efectos adversos, especialmente a problemas musculares que son los más frecuentes.

Un editorial de Lancet y un análisis comparativo de las guías ACC/AHA y ESC/EAS también han cuestionado las recomendaciones y la escala de cálculo del riesgo cardiovascular ACC/AHA, considerando que ésta no ha sido suficientemente probada y validada y no supone aportación frente a otras como la Score, ampliamente utilizada y de mayor aplicabilidad en Europa.