La obesidad es una enfermedad relativamente frecuente que aumenta el riesgo de diabetes mellitus tipo 2, hipertensión, enfermedad cardiovascular, artritis y algunos tipos de cáncer. La cirugía bariátrica se utiliza en algunos de estos pacientes para modificar estructuralmente el tracto gastrointestinal con el objetivo de reducir el consumo calórico o la absorción de los alimentos; y, tras la intervención, suelen experimentar una rápida pérdida de peso. No obstante, esta técnica también puede restringir la absorción de vitaminas, minerales y medicamentos, lo que puede requerir ajustar los tratamientos prolongados.

La revista Canadian Family Physician ha publicado un artículo de revisión sobre gestión de la medicación y cambios farmacocinéticos tras cirugía bariátrica que presenta algunos criterios generales que se deberían considerar en esta situación, así como algunas recomendaciones específicas para condiciones concretas.

Hay que tener en cuenta que en los pacientes sometidos a cirugía bariátrica, los cambios en la absorción de los medicamentos varían entre individuos y que pueden ser temporales o permanentes. Por tanto, cuando se ajuste una medicación hay que asegurar una vigilancia y seguimiento adecuados, sin olvidar que la pérdida de peso del paciente puede requerir ajustar las dosis en función del peso.

El artículo incluye una tabla de aproximación general y otra con recomendaciones específicas para los pacientes en función de su enfermedad (diabetes, depresión y ansiedad, hipertensión, migraña, etc.) y de los tratamientos que toman (antigoagulantes, antiagregantes, hipolipemiantes, etc. ). Y finalmente otra (reproducida al final), sobre los cambios farmacocinéticos y las posible consecuencias sobre la medicación después de la cirugía bariátrica.