Noticias semana 6ª del 2022 Tratamiento del ojo seco Eficacia y seguridad comparativa de los antidiabéticos de segunda línea Revisión Cochrane sobre calcioantagonistas en hipertensión
La revista JAMA ha publicado una revisión sobre la enfermedad del ojo seco, que aborda la fisiopatología y el diagnóstico. En el tratamiento en primera línea se recomienda la lubricación con lágrimas artificiales y ungüentos. Las lágrimas artificiales no deben usarse más de 4-6 veces/día, ya que los conservantes pueden dañar la superficie ocular y causar conjuntivitis tóxica; igualmente, aquellos preparados que contienen vasoconstrictores pueden producir taquifilaxia. En pacientes que describen visión borrosa intermitente que mejora con el parpadeo, están indicadas las formulas con aceites para evitar la evaporación. Además, los casos complicados o que no responden a la terapia inicial deben derivarse al oftalmólogo y se pueden tratar con antiinflamatorios tópicos o ciclosporina.
La revista Diabetes Medicine ha publicado una revisión sistemática y metanálisis sobre la eficacia comparativa cardiovascular, renal y la seguridad de los antidiabéticos de segunda línea en DM2. Los resultados muestran que los iSGLT2 y arGLP1, ambos en tratamiento conjunto con metformina, se asocian a una reducción del riesgo cardiovascular y renal. Los iSGLT2 reducen el riesgo de: hospitalización por insuficiencia cardíaca; enfermedad renal terminal; insuficiencia renal aguda; aumento de creatinina; y, disminución del filtrado glomerular. Los arGLP1 se asociaron con menor riesgo de ictus. Respecto a la seguridad, los iSGLT2 se asociaron a aumento de riesgo de infección genital; depleción de volumen; amputación y cetoacidosis.
La colaboración Cochrane ha publicado una revisión sistemática sobre calcio-antagonistas frente a otras clases de medicamentos para la hipertensión que incluyó 23 ensayos (153.849 pacientes). No se encontraron diferencias significativas en mortalidad por cualquier causa entre los calcioantagonistas y el resto de los antihipertensivos, tampoco se observaron diferencias en mortalidad cardiovascular, a excepción de un menor riesgo de los calcioantagonistas frente a los betabloqueantes.